España ha anunciado oficialmente que se retira del Festival de Eurovisión 2026 tras la Asamblea General de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) celebrada el pasado 4 de diciembre de 2025 en Ginebra. En una decisión histórica que marca un punto de inflexión en la trayectoria de uno de los grandes contribuyentes del certamen, la resolución se ha consumado después de que la organización confirmara la permanencia de Israel en la competición, cumpliendo así con la advertencia que RTVE había expresado públicamente desde el mes de septiembre.
Esta es la primera vez en la historia moderna del festival que España, miembro fundacional del denominado «Big Five» —junto a Francia, Alemania, Italia y Reino Unido—, abandona voluntariamente el concurso por razones políticas y éticas. La decisión no solo supone la ausencia del país en el escenario de Viena el próximo 16 de mayo, sino que además implica que RTVE no retransmitirá ninguna de las galas: ni las semifinales del 12 y 14 de mayo ni la gran final del certamen.
El contexto de una decisión anunciada: Septiembre de 2025
La postura española no ha surgido de forma imprevista. El 16 de septiembre de 2025, el Consejo de Administración de RTVE aprobó por mayoría la retirada condicionada de España del festival si la cadena israelí KAN era autorizada a participar. Esta decisión respondía a la ofensiva militar israelí en Gaza, que según datos humanitarios internacionales ha dejado decenas de miles de víctimas civiles palestinas, una situación que RTVE calificó como una «masacre» que no podía ser normalizada mediante la participación de Israel en un evento de proyección cultural y mediática global.
El presidente de RTVE, José Pablo López, había reiterado en repetidas ocasiones que las medidas de la UER eran «insuficientes» para garantizar la neutralidad política del certamen. Durante meses, la corporación española exigió públicamente que se realizara una votación específica sobre la permanencia de Israel en el festival, bajo el argumento de que su participación vulneraba los principios éticos que supuestamente rigen Eurovisión: la paz, la igualdad y el respeto a los derechos humanos.
La Asamblea de Ginebra: Votación secreta y rechazo institucional
El 4 de diciembre, durante la 95ª Asamblea General de la UER, RTVE —junto con otros siete países— solicitó formalmente que se celebrara una votación secreta sobre todos los asuntos relacionados con Eurovisión, incluida la participación de Israel. La presidencia de la UER denegó esta petición, lo que generó un profundo malestar entre las delegaciones que consideraban imprescindible tratar el tema de forma independiente y transparente.
Alfonso Morales, secretario general de RTVE, intervino ante la Asamblea con un discurso que sintetizaba la posición española: reconoció las nuevas medidas aprobadas por la UER para garantizar la neutralidad del festival y limitar el voto coordinado entre países, pero subrayó que dichas reformas resultaban «insuficientes» dado el contexto humanitario en Gaza y los incumplimientos continuos de KAN respecto a las normas del certamen. Morales advirtió que el liderazgo de la UER estaba provocando «una de las mayores tensiones internas en la historia de la organización».
RTVE propuso además una suspensión temporal de KAN por un periodo mínimo de un año, con posibilidad de revisión posterior, pero esta moción nunca llegó a votarse. En su lugar, la Asamblea sometió a votación el paquete de nuevas medidas regulatorias generales del festival, que fue aprobado con 738 votos a favor, 264 en contra y 120 abstenciones. Al no celebrarse una votación específica sobre Israel, España activó automáticamente su decisión de retirarse del certamen.
Una retirada colectiva: Cinco países abandonan el festival
España no ha sido el único país en abandonar Eurovisión 2026. Inmediatamente después de conocerse el resultado de la votación en Ginebra, Países Bajos, Irlanda y Eslovenia anunciaron también su retirada oficial, sumándose así a la decisión española. La televisión neerlandesa AVROTROS fue la primera en confirmar su salida, argumentando que «la cultura une, pero no a cualquier precio» y que los valores de humanidad y libertad de prensa «no son negociables».
Irlanda, el país más laureado en la historia de Eurovisión con siete victorias, comunicó oficialmente que no participará ni retransmitirá el concurso, considerando «inconcebible» su presencia mientras continúe la tragedia humanitaria en Gaza. Por su parte, Eslovenia criticó la inconsistencia de la UER al recordar que la organización había excluido a Rusia del festival en 2022, apenas una semana después de la invasión de Ucrania, pero ahora se negaba a adoptar una medida similar respecto a Israel.
Aunque Islandia y Bélgica habían expresado previamente su intención de condicionar su participación a la exclusión de Israel, hasta el momento no han hecho anuncios oficiales definitivos. Otros países como Portugal y Finlandia han confirmado que sí estarán presentes en Viena 2026.
España se retira de de Eurovisión: Las consecuencias, El futuro del Benidorm Fest
Una de las preguntas más repetidas tras el anuncio de la retirada española ha sido: ¿qué ocurrirá con el Benidorm Fest? Este certamen, que desde 2022 se ha consolidado como el mecanismo de selección del representante español en Eurovisión, había presentado ya a sus 18 participantes para la edición de 2026, con las galas semifinales y final programadas entre el 28 de enero y el 1 de febrero.
RTVE ha confirmado oficialmente que el Benidorm Fest 2026 se celebrará con total normalidad, aunque el ganador no representará a España en Eurovisión. El presidente José Pablo López declaró en redes sociales que «RTVE ha decidido retirarse de Eurovisión, pero nuestro compromiso con Benidorm Fest sigue intacto y redoblaremos nuestros esfuerzos». La corporación ha garantizado que esta edición será «la mejor en su historia», incluyendo por primera vez un premio económico de 150.000 euros para el artista ganador.
Tanto la Generalitat Valenciana como el Ayuntamiento de Benidorm han ratificado su apoyo institucional al certamen, aunque fuentes de la Conselleria de Turismo indicaron que sería necesario revisar el contenido del acuerdo original, dado que uno de los valores fundamentales del Benidorm Fest era precisamente que el ganador representara a España en Eurovisión.
El legado eurovisivo español: De Salomé a Melody
La ausencia de España en Eurovisión 2026 interrumpe una trayectoria de más de cinco décadas de participación casi ininterrumpida. El país ibérico debutó en el festival en 1961 y desde entonces ha acumulado dos victorias (Massiel en 1968 con «La, la, la» y Salomé en 1969 compartiendo el primer puesto con otros tres países), además de múltiples actuaciones memorables que han consolidado a España como una de las grandes potencias históricas del certamen.
Sin embargo, en años recientes, España ha protagonizado una serie de resultados decepcionantes que han generado frustración entre la audiencia y los profesionales del sector. El país ha obtenido cero puntos en tres ocasiones y ha finalizado en última posición cinco veces en su historia, la más reciente en 2017. Esta racha negativa fue parcialmente revertida en 2022 con la actuación de Chanel y su tema «SloMo», que alcanzó el tercer puesto y revitalizó el interés nacional por el festival.
En Eurovisión 2025, celebrada en Basilea (Suiza), España estuvo representada por Melody con la canción «Esa Diva», seleccionada en el Benidorm Fest de ese año. A pesar de una actuación vocalmente potente y visualmente impactante, Melody finalizó en el puesto 24 de 26 países con apenas 37 puntos combinados (27 del jurado profesional y 10 del televoto). Este resultado reflejó la dificultad continua de España para conectar con los votantes europeos en un contexto de creciente politización del certamen.
España se retira de Eurovisión: Reacciones políticas y mediáticas
La decisión de RTVE ha generado reacciones diversas dentro del panorama político español. Ernest Urtasun, ministro de Cultura, celebró públicamente la retirada como «la decisión correcta», argumentando que «no se puede blanquear a Israel» y que la cultura debe «estar del lado de la paz». Esta posición refleja el alineamiento del Gobierno español con una política exterior cada vez más crítica hacia la actuación de Israel en los territorios palestinos.youtube
Por el contrario, sectores de la oposición y parte de la comunidad eurovisiva española han expresado su preocupación por la politización definitiva del festival y por la pérdida de una plataforma mediática y cultural de alcance continental. Algunos analistas han señalado que la ausencia española en 2026 podría debilitar aún más la posición del país en futuros certámenes, especialmente si la retirada se prolonga más allá de una sola edición.
El propio José Pablo López manifestó en redes sociales que lo sucedido en la Asamblea de la UER confirma que «Eurovisión no es un concurso de canciones sino un festival dominado por intereses geopolíticos y fracturado». Esta declaración sintetiza la frustración institucional de RTVE ante un proceso que, en su opinión, ha perdido su esencia cultural para convertirse en un escenario de conflictos diplomáticos.
El futuro incierto de Eurovisión: Crisis institucional y legitimidad cuestionada
La retirada simultánea de cinco países —incluido uno del «Big Five»— representa la crisis más profunda en la historia moderna del Festival de Eurovisión. La ausencia de España, Países Bajos, Irlanda, Eslovenia e Islandia (pendiente de confirmación definitiva) no solo reduce el número de participantes en la edición del 70º aniversario, sino que cuestiona la legitimidad institucional de la UER y su capacidad para gestionar controversias geopolíticas sin fragmentar el certamen.
El debate sobre la participación de Israel ha polarizado profundamente a los miembros de la UER. Mientras algunos países defienden la separación entre política y cultura, argumentando que el festival debe permanecer neutral ante conflictos internacionales, otros sostienen que la neutralidad no puede ser absoluta cuando están en juego violaciones sistemáticas de derechos humanos. Esta tensión refleja fracturas más amplias dentro del proyecto europeo y plantea interrogantes sobre el futuro del propio concepto de «unión cultural» en un continente cada vez más dividido.
La edición de Viena 2026, que debía celebrar el 70º aniversario del festival con un espectáculo de magnitud extraordinaria, se enfrenta ahora a la incertidumbre de su propia composición y al riesgo de convertirse en un evento empañado por ausencias significativas y debates extraartísticos. La UER deberá decidir en los próximos meses si mantiene su línea actual o si implementa reformas más profundas que permitan recuperar la confianza de los miembros disidentes.
Conclusión: Una despedida temporal o definitiva
La retirada de España de Eurovisión 2026 marca un precedente histórico que podría redefinir las relaciones entre las televisiones públicas europeas y el certamen más emblemático del continente. Aunque RTVE ha dejado abierta la posibilidad de regresar en futuras ediciones si cambian las condiciones, la corporación ha enviado un mensaje inequívoco: la cultura no puede servir como coartada para normalizar situaciones que contradicen los valores fundamentales de paz y derechos humanos.
El Benidorm Fest se mantendrá como plataforma de promoción del talento español, pero su propósito original —seleccionar al representante eurovisivo— quedará suspendido al menos durante 2026. Mientras tanto, los eurofans españoles observarán desde la distancia un festival que, por primera vez en décadas, se celebrará sin la participación de su país.
La pregunta que queda en el aire es si esta ausencia será temporal o si, por el contrario, marca el inicio de una desconexión más prolongada entre España y un certamen que, según muchos, ha dejado de ser un espacio de encuentro cultural para convertirse en un campo de batalla geopolítico.



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